En el caso de detectar una situación de éste tipo, es necesario establecer una comunicación fluida con el alumno y su familia, haciéndole ver que está viviendo una situación inmerecida de la que el menor no tiene la culpa, ayudando a denunciar el caso y haciendo sentir un apoyo continuado. Resulta imprescindible enseñar y contribuir a recaudar pruebas del acoso (como por ejemplo capturas de pantalla o empleo de programas que graben las conversaciones), con el fin de probar su existencia.
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